Cliente: IGUS POLYMER INNOVATIONS, S.L.
Superficie: 8.500 m²
Tipología de obra: Obra nueva
Servicios: Diseño arquitectónico, Dirección de obra y Project Manager

El edificio proyectado ha sido diseñado para reducir al máximo la demanda energética, aplicando sistemas que permiten la ventilación cruzada, valorando la mejor orientación para cada estancia del edificio y utilizando sistemas constructivos que mantienen las condiciones de confort en el interior, reduciendo así el consumo energético. Además, se implementarán placas fotovoltaicas en toda la superficie de la cubierta libre de obstáculos para el autoconsumo eléctrico, reduciendo el consumo energético.

Se proyecta un edificio aislado que dispondrá de planta sótano, planta baja y primera planta. La implantación del edificio se ha realizado mediante una cuadrícula de 5,50 metros para optimizar al máximo la parcela triangular, respetando la separación con los límites especificados en las normativas urbanísticas municipales.

El volumen de la edificación se divide en tres cuerpos: dos volúmenes con una altura de 11,0 metros y un volumen intermedio de 9,0 metros que actúa como unión entre ambos.

El volumen situado al este de la parcela tendrá una fachada racional y ortogonal, realizada con una fachada tipo sándwich construida in situ con greca metálica. Este gran volumen contará con ventanas ordenadas según el módulo de 5,50 m, y en la cubierta habrá un gran lucernario de 50 metros de longitud que proporcionará luz natural cenital y facilitará la ventilación natural del espacio.

El volumen situado al oeste de la parcela, correspondiente a las oficinas, contará con un sistema de fachada caracterizado por una doble piel compuesta de dos capas, con un espacio intersticial de 70 cm entre ellas. La capa exterior estará formada por paneles de deployé, lo que permitirá el acceso de luz natural y vistas desde el interior hacia el exterior. La capa interior estará compuesta por un muro cortina. El espacio intersticial contribuirá a la eficiencia térmica del edificio, reduciendo la demanda de aire acondicionado, mejorando el aislamiento térmico y acústico, y permitiendo la ventilación cruzada natural para la renovación del aire.

En invierno, el aire caliente retenido en el espacio intersticial actuará como una barrera contra la pérdida de calor del interior del edificio.

En verano, el espacio intersticial ayudará a prevenir el sobrecalentamiento en el interior del edificio. Este efecto se produce gracias a las diferentes densidades del aire, que generan la circulación y renovación constante del mismo.

Este sistema, además de generar un ahorro energético gracias a la doble piel, facilita el mantenimiento y la limpieza de ambas capas.